En el momento de construir o adquirir una vivienda, es fundamental entender los términos relacionados con el tipo de terreno: urbano, urbanizable y no urbanizable. Cada uno tiene características específicas y un impacto significativo en el proceso de edificación. En Ba Properties te explicamos cómo saber si un terreno es urbano, urbanizable o no urbanizable.
Terreno urbano
El terreno urbano, también llamado suelo edificable, está designado en la planificación urbanística de una localidad y cuenta con los permisos e infraestructuras necesarias para construir, como agua, electricidad, saneamiento y vías de acceso. Este tipo de suelo tiene el precio más elevado debido a su disponibilidad inmediata para edificar. Se subdivide en urbano consolidado, que ya está completamente desarrollado, y urbano no consolidado, que requiere completar ciertas infraestructuras antes de poder construir.
Terreno urbanizable
El terreno urbanizable, aunque aún no está desarrollado, está destinado a convertirse en urbano en el futuro. Este suelo no cuenta actualmente con servicios básicos como calles, aceras, alcantarillado o electricidad. No obstante, tiene el potencial de ser urbanizado para satisfacer el crecimiento de la ciudad. Existen tres categorías dentro de este tipo de suelo:
- Ordenado: regido por un Plan General de desarrollo que especifica detalladamente cómo debe ser urbanizado.
- Sectorizado: adecuado para la expansión de la ciudad y ya planeado para su desarrollo a corto o mediano plazo.
- No sectorizado: no está incluido en ningún plan urbanístico específico y su urbanización no está prevista a corto plazo.
El suelo urbanizable puede resultar más económico que el urbano, ya que todavía no se han invertido en él los costes de urbanización. Sin embargo, esta ventaja se equilibra con los gastos futuros necesarios para desarrollarlo.
Terreno no urbanizable
Este tipo de suelo está excluido de la posibilidad de urbanización debido a su valor paisajístico, natural, agrícola o forestal. No se permite la construcción de edificaciones, salvo algunas excepciones para construcciones auxiliares permitidas por la normativa.
La principal diferencia entre terreno urbano y urbanizable radica en el estado de urbanización. El terreno urbano está listo o casi listo para edificar, mientras que el urbanizable requiere procesos adicionales para convertirse en urbano. Por tanto, el terreno urbano ofrece la inmediatez para la construcción, mientras que el urbanizable se reserva para el crecimiento futuro. Por último, el terreno no urbanizable se preserva debido a sus características naturales y no está destinado para la construcción.